Newsletter 045 (ES)
Los datos oficiales indican que el PIB chino se expandió un 6,1% en 2019. La tasa, que sin duda sería bienvenida en la mayoría de los países, es una mala noticia para el gigante asiático. Acostumbrada a crecer a un ritmo estratosférico, China tuvo en el año pasado su peor desempeño económico en casi 30 años. Aunque no es satisfactorio, el número no es sorprendente: la expansión de la economía del país se ha desacelerado en los últimos años y, con la guerra comercial con los estadounidenses además de otras condiciones nacionales e internacionales negativas, se esperaba que el resultado no fuera bueno.
El director ejecutivo de Human Rights Watch, Kenneth Roth, no pudo ingresar a Hong Kong. El estadounidense estaba en la ciudad para presentar el informe anual de la organización, con destaque a las violaciones de derechos humanos perpetradas por el gobierno chino. Al llegar a inmigración, Roth no escuchó ninguna explicación de las autoridades locales – solo que no le sería posible permanecer en la ciudad. Después de la repercusión del caso, Beijing declaró que la medida de no permitir la entrada de Roth estaba en línea con el historial de la organización de no respetar la soberanía de la República Popular de China.
El gobierno chino se está preparando para la fase dos del acuerdo comercial con los Estados Unidos (más detalles a continuación) y lo señaló con la nacionalización de 44 empresas en áreas estratégicas de tecnología, como el monitoreo y la vigilancia. El número provino de una investigación realizada por China Securities Journal, que estimó que 165 compañías cambiaron de propietario el año pasado, un aumento del 60% con respecto a 2018. Una de estas 44 compañías incluso estaba en la lista de sanciones de EE.UU.: Xiamen, del área de experiencia forense digital. La nacionalización generalmente ocurre en empresas que están en números rojos y son consideradas estratégicas para el país – pero esta vez no fue exactamente el caso: de las 44, solo 11 estaban en peligro.
El miércoles pasado (15) en Washington, negociadores chinos de alto rango firmaron, con el presidente Donald Trump, un acuerdo comercial inicial entre el gigante asiático y los Estados Unidos. En negociaciones por más de dos años, el documento sienta las bases para la resolución de problemas pendientes tras la guerra comercial entre las dos economías más grandes del planeta. Entre otras concesiones, China se ha comprometido a ampliar sus compras de bienes y servicios estadounidenses en 200 mil millones de dólares adicionales durante los próximos dos años. A cambio, Estados Unidos reducirá a la mitad el impuesto a la importación de 120 mil millones de dólares de productos chinos.
Para Trump y sus seguidores, el episodio señala una victoria importante para los estadounidenses. Sin embargo, no todos comparten el mismo optimismo. En el mundo de los negocios, muchos ven ganancias modestas y esperan que los próximos acuerdos aborden temas polémicos, como protecciones a la propiedad intelectual y restricciones a los subsidios estatales a las grandes empresas. Algunos analistas, por otro lado, creen que el acuerdo podría reforzar el desequilibrio económico estructural entre China y Estados Unidos. Otros son aún más escépticos: los cambios establecidos en el acuerdo son modestos y simplemente restablecerían las relaciones entre los dos países a los estándares previos al comienzo de la extendida y costosa guerra comercial entre ellos.
Durante el fin de semana, Xi Jinping comenzó su primer viaje internacional oficial del año. El destino, Myanmar, que no había recibido la visita de un líder chino en casi veinte años. Como parte de la celebración de 70 años de relaciones diplomáticas entre los dos países, Xi anunció inversiones masivas en la pequeña nación, por supuesto, bajo el esfuerzo de expansión de Belt and Road Initiative. Con una notoria vulnerabilidad política y económica desde la imposición de sanciones por parte de las potencias occidentales en 2018, Myanmar puede encontrar en china un socio importante en tiempos difíciles. Si la visita sirve de indicio, Beijing no perderá la oportunidad.
The China-Africa Project publicó una guía con los 10 temas que darán forma a las relaciones chino-africanas en 2020. Estos son temas como la presencia de “twiplomacy” (aunque las redes están prohibidas en China, varias figuras del gobierno chino están abriendo perfiles en Twitter y Facebook como parte de sus estrategias de comunicación con los países africanos); la presencia de hardware chino en el mercado; la inversión china en tecnología y en startups africanas y nuevos modelos de financiamiento de infraestructura (para resolver los dramas de lo que se llamó debt diplomacy y reducir los riesgos chinos, principalmente de empresas privadas). Los ferrocarriles financiados por China llegaron para quedarse y se espera que la presencia en el continente también se expanda hacia el oeste. Sin embargo, los 54 países africanos todavía están tratando de lidiar con la guerra comercial (¿quién no?).
El fuego que afectó a Australia en las últimas semanas trajo recuerdos a los chinos. El internet del País del Medio discutió acaloradamente un artículo de la página 90’s Night en WeChat, que critica la respuesta del gobierno australiano a los incendios. La tragedia fue comparada con una que sucedió en Daxinganling en 1987, en la que 200 personas murieron y más de 50.000 fueron desalojadas. El artículo trata el caso chino de “milagro”, posibilitado por el heroísmo del gobierno.
Lo que más llama la atención, sin embargo, es la diferencia en la manera en que fue tratado el caso de Daxinganling hoy y 33 años atrás. En aquella época, el periódico China Youth Daily, por ejemplo, siguió una línea editorial bastante diferente del “lugar común”, que resaltaba los grandes actos del gobierno chino en el combate de los incendios. Surfeando la ola de apertura económica del país, el periódico publicó el “informe tricolor” (三色报道), que se volvió una referencia sobre cómo los medios periodísticos deberían relatar tragedias. Sin embargo, la lección de investigar lo que realmente sucedió siendo fiel a los hechos, por lo que se ve hoy, parece haber sido olvidada.
La edición anual de la conferencia del WeChat (la superapp china que permite que los usuarios hagan infinidad de cosas, desde mandar mensajes a pagar cuentas), llamó la atención hacia la llegada de una nueva era de la monetización. ¿Y por qué eso es importante? WeChat posee más de mil millones de usuarios activos, y explotó muy poco la estrategia de utilizar anuncios publicitarios para aumentar sus ganancias — una decisión que sorprende si uno considera el nivel de retención de usuario de la app. Ahora, sin embargo, con la necesidad de aumentar la recaudación y con el ascenso de Bytedance como competidora, WeChat se enfocará más en la conexión vendedor-cliente con más mini-programas dentro de la plataforma, así como anuncios de marcas.
La minería es un importante negocio en China: el país abastece el 70% del mineral de hierro del mundo y el 40% del cobre. De manera general, es uno de los sectores más estables en el país, actuando también en la extracción de carbón y de metales de tierras raras — que incluso fueron un tema en la guerra comercial. Estos son materiales esenciales para la industria de tecnología mundial — desde celulares hasta motores de avión — y tienen un papel importante en la economía de provincias más pobres de China. El problema es que los desechos tóxicos de la minería se perciben cada vez más. Hay poblados con niveles altísimos de arsénico, cadmio y plomo en el suelo, afectando a la salud de la población — e incluso envenenando niños que tomaron agua contaminada. Los mineros y sus familias son los más directamente afectados, a través de accidentes y contaminación directa. A pesar de los avances en la legislación china sobre el tema, todavía queda mucho por hacer, especialmente en el nivel local.
Arte en el hielo: siguiendo una tradición del invierno chino, la ciudad norteña de Harbin inauguró su Festival Anual de Hielo y Nieve. Déjate impresionar con fotos de la edición de este año.
Podcast: 2020 va a ser el año de la tecnología para las relaciones sino-africanas. La especialista Stephany Zoo habló con el equipo del China in Africa sobre el tema.
En la ruta: el relato de un camionero chino sobre la vida en las carreteras. Material del excelente Chinarrative, que traduce al inglés textos de personas comunes de China.
Está en los ojos de quien ve: Zhang Zipiao va a fondo en el tema de qué entendemos por belleza. Sus representaciones amorfas son invitaciones a repensar cómo describimos las cosas a nuestro alrededor.