Newsletter 060 (ES)
¿Veremos una revenge shopping, o un movimiento agresivo de consumidores, en la post pandemia en China, tal como hubo dos meses después del control del SARS en 2003? Según una encuesta realizada por la China’s Southewestern University of Finance and Economics con 28,000 personas entre febrero y marzo de este año, es poco probable. El SARS en 2003 causó menos interrupciones en la escala productiva del país, ya que no hubo un bloqueo masivo. Según la encuesta, el gasto de los hogares será mucho más cauteloso. Se espera que el 55% de las familias de bajos ingresos (ingresos anuales de hasta 7,100 USD) y el 34% de las familias de ingresos anuales superiores a 141,000 USD ahorren más.
Hablando de compras, después de todo, Alibaba puede hacerlo bien. La compañía está experimentando un crecimiento interesante en todo el mundo durante la pandemia, principalmente porque se ha convertido en intermediario entre los vendedores de equipos de protección fabricados en China y los interesados en comprar estos materiales (la mayoría de los países). Esta entrada en ciertos mercados, como el sur de Europa y Asia central, a través de equipos médicos, sirve para su expansión también en otras ventas de e-commerce.
A los ojos de las grandes empresas de China, Hong Kong solía ser un portal importante para acceder al capital internacional y conectarse con la economía mundial. Esta percepción, sin embargo, puede estar cambiando. A medida que Beijing continúa sus esfuerzos para modernizar la industria china, varias de las grandes empresas del país — especialmente las públicas — recurren al mercado interno y abandonan sus operaciones en los mercados financieros fuera de China continental. Solo en este año, cuatro importantes empresas estatales chinas han retirado sus acciones de la Bolsa de Valores de Hong Kong, incluidas Huaneng Renewables y China Agri-Industries Holdings. La tendencia no es una buena noticia para la región administrativa especial, que desde el año pasado ha estado experimentando, por varias razones, una crisis económica de proporciones considerables.
El feriado de cinco jornadas por el Día del Trabajo trajo la primera reapertura de la industria del turismo desde que comenzó la pandemia. Alrededor de 7 millones de personas viajaron por todo el país durante el feriado, que se extendió justamente para fomentar el consumo y el turismo. La Ciudad Prohibida reabrió, pero con solo 5.000 entradas disponibles (lo normal son 80.000 por día). Otras atracciones permanecieron cerradas o con entrada reducida. Los controles de temperatura también son comunes. Aún así, hubo ⅔ menos de pasajeros de aerolíneas que en el año anterior. Sin embargo, el tráfico y el consumo de energía parecen estar volviendo a la normalidad en Beijing y Shenzhen.
El gobierno central confirmó que las Dos Sesiones (lianghui o two sessions), la reunión del Congreso Nacional del Pueblo (principal cuerpo legislativo del país), tendrá lugar el 22 de mayo. Tradicionalmente celebrado en marzo, el evento de este año fue pospuesto por la pandemia. La ocasión reúne a más de 5.000 personas de todo el país en Beijing, incluidos los delegados de la CCPPC (Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino). Con el feriado en curso y una importante reunión política programada, hay fuertes indicios de que el liderazgo del país cree que lo peor ya pasó y que la nueva normalidad, con prevención y control de temperatura, está aquí.
El tradicional café brasileño ha ganado cada vez más espacio en China — solo entre 2015 y 2019, hubo un aumento del 110% en las exportaciones del producto. La producción nacional, de la provincia de Yunnan, no ha podido hacer frente a la creciente demanda de los jóvenes chinos por más cafeína en su vida diaria. Brasil es el tercer mayor exportador de café hacia China, solo detrás de Vietnam e Indonesia. Si la tasa de crecimiento continuara en la misma tendencia, Brasil ganaría más y más espacio en este mercado de mil millones de dólares.
Sin embargo, los impactos derivados de COVID-19 deben posponer ese momento: China tuvo una fuerte caída en el consumo de café durante los tiempos de pandemia, ya que había más chinos en sus hogares (y, a diferencia de Brasil, es costumbre beber café en restaurantes o cafeterías, en lugar de hacerlo a casa).
Por otro lado, Argentina ha oficializado la designación de su nuevo embajador en China. Luis María Kreckler es egresado del Instituto del Servicio Exterior de la Nación y se ha desempeñado como embajador de Argentina en Brasil, Alemania y Suiza. En una entrevista con la revista Dang Dai (que recomendamos a toda persona interesada en la relación China-Argentina), Kreckler aseguró que su durante su gestión prevé abrir un nuevo consulado en China central (ya sea en Sichuan o Chongqing), fomentar los vínculos regionales, provinciales y municipales y reactivar esquemas en desuso como la Comisión Binacional Permanente o los Consejos mixtos público-privados.
En cuanto a Estados Unidos, las relaciones de Washington con Beijing continúan empeorando. Esta vez, el presidente Donald Trump disgustó a los chinos al legitimar, en un comunicado en la Casa Blanca, la teoría conspirativa de que el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio de un instituto de virología en la ciudad de Wuhan. Como si eso fuera poco, el gobierno de EE.UU. también ha tocado, en los últimos días, otro tema sensible: a través de su misión ante las Naciones Unidas, el país ha reforzado públicamente su apoyo a la adhesión de la isla de Taiwán a la organización internacional. China respondió de inmediato, llamando al anuncio no solo una interferencia en los asuntos internos chinos sino también una violación de las resoluciones de la ONU.
Las cosas en Australia tampoco van bien. La semana pasada, el gobierno del país pidió una investigación internacional independiente sobre los orígenes de la nueva pandemia de coronavirus. Disgustado, Beijing ve la iniciativa como un intento deliberado de aislar y condenar a China. Para Cheng Jingye, embajador de China en Australia, el posicionamiento del país es peligroso, potencialmente perjudicial para sus intereses nacionales y está motivado por la presión estadounidense. Vale la pena recordar que la tensión en las relaciones chino-australianas no es nueva — los problemas recientes como el acceso de Huawei a la red 5G australiana y la participación del país en las tensiones del Mar del Sur de China también contribuyen a la creciente disminución de la amistad entre los dos países.
En 2015, la película china de acción Wolf Warrior tuvo un buen desempeño en la taquilla — e incluso tuvo una famosa secuela en 2017. En la película, China es retratada como un gran poder responsable, actuando en cooperación para el desarrollo de otras naciones. El blockbuster es extremadamente patriótico y su feroz defensa de los intereses chinos ha acuñado un apodo para su diplomacia actual, más combativa, especialmente en las redes sociales. La diplomacia “Wolf warrior”, según el periódico nacionalista Global Times, causa incomodidad en los países occidentales, que se sienten amenazados por el liderazgo chino y esperan una RPC sumisa. Sin embargo, en las últimas semanas, varios países se han encontrado en peleas e intercambios provocadores con diplomáticos chinos, incluso con Brasil. Como es de esperar, hay muchas personas criticando.
Buenas noticias desde Beijing: la capital china, así como algunas ciudades en su alrededor, anunció el relajamiento de las restricciones impuestas desde hace meses para el combate del nuevo coronavirus. De a poco, y con capacidad reducida, parques y museos fueron reabiertos, trayendo un aire de nueva normalidad a la ciudad. Ya hace días que China no registra nuevas muertes por COVID-19, e incluso el número de casos no mortales de la enfermedad se ha mantenido relativamente bajo. Las preocupaciones sobre una segunda ola de la epidemia, sin embargo, permanecen vigentes. Diversas partes del país han adoptado varias medidas,como el uso obligatorio de mascarillas y la implementación de herramientas tecnológicas de vigilancia, con el objetivo de evitar el repunte del virus.
El regreso a las clases en muchas provincias de China, de hecho, parece una historia de ciencia ficción. “Códigos de salud digital”, en formato QR, fueron implementados en las entradas de escuelas y universidades para hacer las veces de “portones inteligentes” que monitorean la salud de los alumnos, a través de algunas preguntas en un mini programa de WeChat llamado Fuxuema. Solo se puede entrar a las escuelas o universidades después de una autorización emitida por la miniapp. Las instituciones tienen acceso de los datos y, con ello, a la visualización de mapas de calor en el área escolar indicando dónde hay más probabilidades de contagio. Por un lado, el “mercado de control epidémico” es prometedor y parece un buen experimento para la utilización de las tecnologías de reconocimiento facial y 5G a gran escala; sin embargo, abre preocupantes brechas para la utilización de los datos conotros fines.
¿China es un país corrupto? ¿Y puede la corrupción ser un factor importante en el desarrollo económico de un país? La investigadora y profesora Yuen Yuen Ang, del excelente How China Escaped the Poverty Trap, trae esa discusión en su nuevo libro: China’s Gilded Age: the Paradox of Economic Boom & Vast Corruption. En esta entrevista (con paywall), ella explica el argumento del libro de que no toda corrupción es perjudicial al crecimiento y de que no toda corrupción es igual, sea en China o en otras partes del mundo. El gobierno de Xi, famoso por su campaña anticorrupción, enfrenta el desafío de conciliar ese objetivo con el mantenimiento del crecimiento económico — que se vuelve aún más complicado en el escenario post-pandemia. El primer capítulo está disponible online.
Podcast: hora de escuchar la excelente charla sobre la historia de China con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y entender por qué la importancia de Beijing va mucho más allá de contribuciones financieras a la organización — que representan, sorprendentemente, menos del 1% del presupuesto de la OMS. Sobre salud pública, diplomacia, economía y mucho más.
Para la salud mental: una serie de consejos de un monje Shaolin para no perder la cabeza durante los difíciles tiempos de pandemia.
Té: ¿conoces el té pu’er? Originario de la provincia de Yunnan, es parte importante de la cultura y de la economía china, y fue por muchos años parte esencial de la subsistencia de familias en el interior. Vale la pena leer sobre el.
Historietas: las historietas en China tienen una larga historia. En el blog Snow Pavillion, Xueting Ni cuenta sobre el surgimiento y la evolución del formato hasta la década de 1930.
4 de mayo: el lunes fue el aniversario de 101 años del conocido movimiento social y cultural que empezó como movimiento de estudiantes y terminó por moldear la China moderna. ¿Quieres saber más sobre él? Aquí podrás encontrar un video de CGTN de 2019, un texto explicando sus raíces ideológicas y algunos bellos carteles.