Newsletter 084 (ES)
El 10 de octubre de 2020 marcó los 100 días de implementación de la Ley de Seguridad Nacional para Hong Kong. ¿Qué ha cambiado desde entonces? En una serie de artículos que puedes leer mientras tomas un café o un mate, , diversos periodistas de Hong Kong y del extranjero analizan los efectos de la ley sobre la juventud, la economía y el futuro de una ciudad que nunca más será la misma. Reportan casos de muchos jóvenes — activistas y no — que pasaron a ver en la vecina isla de Taiwán un nuevo hogar. Incluso hay una historia de un cura practicando autocensura en misa. Lea más aquí.
Todos los años, en el aniversario del establecimiento de las Zonas Económicas Especiales en Shenzhen, se oye la misma historia sobre cómo el pueblo de pescadores se convirtió en un milagro de desarrollo económico en unas pocas décadas. De hecho es algo digno de ser celebrado y estudiado de cerca — sobre todo ahora, durante la celebración del aniversario número 40. Pero qué más sabemos sobre esa innovadora y cosmopolita ciudad que muchos ya han llamado la “Futura Hong Kong” y que es hogar de uno de los mayores polos del techno underground de la China? Como muchas ciudades de la costa china, concentra un alto número de jóvenes migrantes de las zonas rurales en situación precaria, y el mito fundador del “pueblo a la megalópolis” deja otras historias atrás. Lee más aquí.
Ese año la celebración llevó a Xi Jinping a la ciudad. En un discurso, Xi habló sobre la importancia de Shenzhen y dijo que, frente a los desafíos actuales en las cadenas globales de valor, la ciudad debe crear nuevas soluciones para lidiar con eso. Además, prometió más autonomía para que la ciudad crezca en el contexto post pandemia y enfatizó el rol de una economía global abierta. Por último, habló sobre cómo Shenzhen es un centro integrador del proyecto del área de la Gran Bahía, que incluye a las provincias de Guangdong, Macau y Hong Kong, y sobre los planes de hacer de la región un centro económico mundial.
Conforme a lo previsto, las autoridades de salud chinas condujeron tests para detectar infecciones por el coronavirus en toda la población de Qingdao, en la costa este del país, tras la confirmación de 13 casos en la ciudad al inicio de la última semana. La magnitud del esfuerzo impresiona: fueron cerca de 10 millones de tests realizados en apenas 5 días. Al menos un nuevo caso fue detectado, y el origen del nuevo brote fue definido como partiendo de una desinfección incorrecta en el Qingdao Chest Hospital tras atender a dos personas infectadas con COVID-19. Dos funcionarios públicos locales fueron sancionados por el episodio: el jefe de la comisión de salud de Qingdao y el director del hospital de donde supuestamente partió el nuevo brote.
Una vez más, China fue criticada por países miembros de la Organización Mundial del Comercio (OMC) por no seguir el principio de economía de mercado. Esta vez, las críticas vienen de parte EE.UU., Brasil y Japón, que quieren crear un bloque junto a más países para garantizar que Beijing (que entró a la organización en 2001) adopte la práctica de fair play en sus intercambios comerciales. El timing de las críticas es bastante oportuno: con la salida anticipada de Roberto Azevêdo de la dirección de la organización, la OMC está en proceso de definir su nuevo presidente; o mejor dicho, su nueva presidenta, dado que las dos candidaturas en la ronda final de selección son de mujeres. La transición puede ofrecer una oportunidad para una reforma de la organización.
En respuesta a las críticas, Beijing aseguró que ha hecho cambios que privilegian al mercado e hizo comentarios irónicos sobre la posición de los EE.UU., teniendo en cuenta las recientes sanciones impuestas por Washington a empresas chinas de tecnología.
La temperatura aumentó nuevamente en las relaciones entre Canadá y China. Esta vez, la tensión empezó tras que Cong Peiwu, embajador chino en el país norteamericano, insinuase que conceder asilo político a disidentes provenientes de Hong Kong podría resultar en impactos negativos sobre los ciudadanos canadienses que viven en la ciudad (un grupo considerable de alrededor de 300 mil personas). En respuesta, el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, criticó lo que calificó de “diplomacia coercitiva” de China y declaró que su gobierno no pretende antagonizar al país o escalar hostilidades. Sin embargo, según Trudeau, “continuaremos garantizando que los canadienses sepan que defendemos nuestros derechos y valores”. Cong luego respondió, negando las acusaciones de Ottawa y volviendo a demandar la liberación de Meng Wanzhou, ex-CFO de Huawei, que está en la cárcel desde 2018 en Canadá bajo una acusación de fraude bancario emitida por autoridades estadounidenses.
Y las cosas no van bien no sólo con Canadá. El miércoles pasado (14), el Departamento de Estado estadounidense alertó que instituciones financieras internacionales que mantengan negocios con individuos considerados responsables por actos de opresión de Hong Kong podrían en breve enfrentar duras sanciones por parte de Washington. En la lista de tales individuos aparecen nombres importantes como Carrie Lam, jefa del poder ejecutivo de la región administrativa especial. A Beijing no le gustó el anuncio. El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores del país afirmó, en respuesta, que la amenaza estadounidense es una interferencia en los asuntos domésticos del país y mencionó la posibilidad de represalias con el objetivo de garantizar la integridad de su soberanía nacional.
La deuda bilateral de países africanos con China es el tema del informe publicado por la empresa de investigación Rhodium Group. El análisis indica que el gobierno chino lidia caso a caso con los problemas de insolvencia en el continente, y parece que la aprehensión de activos no es y no va a ser una práctica común — lo que va en contra de lo que argumentan los que defienden la tesis de la “diplomacia de la deuda” china. De aquí en adelante, los países africanos tendrán opciones reducidas de préstamos e inversiones. Según el análisis de los editores del The China-Africa Project, esa limitación puede terminar fortaleciendo el desarrollo nacional al estimular una planificación cada vez más local. Es un tema candente, en medio de las discusiones en el G20 sobre el alivio de deudas de naciones africanas.
Y hablando de África, el investigador Paul Nantulya escribió un excelente y completo texto sobre el creciente empleo de empresas de seguridad privadas para proteger inversiones y también ciudadanos chinos en el continente. Se estima que 20 empresas chinas registradas actúan en ese sector en el exterior. En África, donde el número de empresas chinas es creciente, muchas veces en zonas de conflicto, el número de agentes privados de seguridad chinos ya llega a 3200 (número más alto que el de chinos actuando allí en operaciones de paz). Se trata de un gran mercado, pues los gastos de las estatales chinas en seguridad llegan a los 10 mil millones de dólares al año. Esas empresas están bastante reguladas en China y normalmente emplean a ex-miembros de las Fuerzas Armadas del país, lo que le conviene a Beijing ya que tiene grandes gastos fijos con la desmovilización de sus numerosas tropas reservistas. Además, Nantulya explica que, a pesar de que son formalmente independientes, los agentes son normalmente considerados parte del gobierno chino en los países africanos donde actúan.
Consumismo. Obsesión con la riqueza. Deseo de ascenso social. Vidas falsas en internet. Son las cuestiones que surgen de una polémica que dominó las redes sociales chinas en las últimas semanas. Una influencer divulgó los grupos de WeChat de los “falsos ricos de Shanghai” — más de 500 mujeres que se reunían para compartir cenas caras en el Ritz, reservas en hoteles 5 estrellas, pantimedias de Gucci y alquileres de Ferraris entre hasta 40 personas para que todas se sacaran fotos y las publicaran en redes sociales. El objetivo era fingir tener más dinero del que de hecho tienen o incluso atraer cónyuges de clase social más alta. Otras historias parecidas están surgiendo, como de hombres en grupos de WeChat que contratan servicios para recibir diariamente fotos de productos de lujo, como relojes y bebidas, y fingir que son suyos.
Quien ya visitó China tal vez esté familiarizado con un fenómeno conocido como pèngcí (碰瓷), una estafa popular que consiste en fingir ser víctima de un accidente grave causado por otra persona y extorsionarla exigiendo compensación por los daños supuestamente sufridos. A pesar de generar algunas escenas divertidas, la conducta es problemática y las autoridades chinas decidieron combatirla. El último miércoles (14), el Tribunal Popular Supremo , la Procuraduría Popular Suprema y el Ministerio de Seguridad Pública de China emitieron en conjunto nuevas directrices definiendo formalmente el acto ilícito y estableciendo detalles de cómo penalizarlo. A partir de ahora, quien practique pèngcí puede ser acusado de crímenes que varían desde fraude y litigio fraudulento hasta extorsión y destrucción intencional de propiedad.
Esta semana, el atleta olímpico chino Zhang Wanqing fue acusado públicamente por su ex esposa de abuso físico y secuestro de menores. En un post publicado en Weibo el jueves pasado (15), Zhang Mohan, que se divorció de Wanqing en julio, afirmó que el deportista la agredió durante todo su matrimonio y que, después de la separación, la persiguió y secuestró a su hijo de apenas 1 año, previamente bajo la custodia de la madre. Junto a la publicación, Zhang Mohan incluye fotos de heridas en su cuerpo y divulgó un diálogo perturbador que tuvo con su ex compañero: al preguntar por qué la trataba de manera violenta, Zhang Wanqing le habría contestado que “así son los atletas por causa de nuestros niveles de hormonas masculinas”. La asesoría de Zhang Wanqing negó las acusaciones y las autoridades chinas todavía no han comentado sobre el caso.
Nostalgia: mira estas fotos viejas en blanco y negro de Beijing y otras ciudades chinas. Los negativos son de 1986 y son una buena manera de reflexionar sobre los cambios socioeconómicos que el país ha vivido desde entonces.
Diáspora negra y China: la artista Aaliyah Bilal presenta una excelente serie llamada Known Rivers, sobre las conexiones entre la diáspora negra y China a lo largo de los años. Hasta ahora, son cuatro cortos episodios, los primeros dos enfocados en la historia de Agatha y Eugene Chen, y los dos siguientes sobre el poeta negro Langston Hughes en Shanghai en los años 30.
Podcast: en este episodio de ChinaTalk, los anfitriones charlan con Emily De La Bruyere, de la consultora Horizon Advisory, sobre las ambiciones chinas en el área de tecnología y su inversión en investigación de base, estándares internacionales, minería en tierras raras e infraestructura. Si prefieres leer, aquí tienes una transcripción.