Newsletter 049 (ES)
Xu Zhangrun, el controvertido profesor de derecho de la prestigiosa Tsinghua University que fue investigado y destituido por escribir un artículo crítico sobre la gobernanza de China y la concentración de poder en manos de Xi Jinping, publicó un artículo viral sobre cómo la epidemia del nuevo coronavirus resalta la urgencia de reformar el sistema político chino. Es un texto brillantemente escrito, lleno de referencias a los clásicos chinos y un llamamiento a la insurrección de la sociedad china contra las “confusiones organizacionales” perpetradas por el modus operandi del Partido Comunista Chino. Prepara un cafecito y lea el artículo completo aquí. Vale la pena cada segundo.
Ya se cortaron algunas cabezas: los jefes del Partido Comunista de Wuhan y de la provincia de Hubei fueron removidos de sus cargos, una semana después de los directores regionales de salud también fuesen apartados. El nuevo jefe del partido en Hubei es Ying Yong, el ex alcalde de Shanghai, y un aliado político de Xi Jinping. El reemplazo se produjo después de una revisión del método de diagnóstico — lo que provocó un aumento en el número de casos confirmados. En la última semana, el propio Xi apareció en público después de un tiempo lejos de las cámaras. Otras medidas incluyeron poner en cuarentena más ciudades y enviar algunas figuras clave de Beijing para liderar los esfuerzos de contención.
Hablando de Xi Jinping … Según un discurso vinculado por Qiushi, — una revista publicada por el propio Partido Comunista Chino — el líder del país era consciente de la gravedad que rodea la nueva epidemia de coronavirus al menos dos semanas antes de lo que se pensaba anteriormente. Según los informes, en el 7 de enero, Xi ordenó a las autoridades locales de Wuhan controlar el flujo de personas en la ciudad. Los límites en el tránsito de personas en el epicentro de la epidemia recién se establecieron más de dos semanas después, el 23 del mismo mes. Se desconoce el motivo de la publicación del discurso — sin embargo, algunos creen que la intención es proteger al gobierno central chino y reforzar la culpa de las autoridades locales por los errores en las medidas iniciales para contener la propagación del virus.
En una visita a Berlín, Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China, criticó lo que llamó una exageración en la reacción de algunos países al nuevo coronavirus (nombrado COVID-19 por la Organización Mundial de la Salud la semana pasada). Según Wang, el esfuerzo del gobierno chino para contener el virus está, a pesar de los desafíos, bajo control. El ministro también aprovechó la oportunidad para rechazar las críticas al historial de Beijing con respecto a la protección de los derechos humanos, citando el apoyo al pueblo palestino como una demostración de la defensa china de los pueblos oprimidos.
Tanto dentro como fuera de China continental, los casos de contaminación con COVID-19 continúan multiplicándose. En total, ya hay más de 70 mil infectados en todo el mundo. Las muertes por la enfermedad, a su vez, superan las 1.600 — más del doble del número de víctimas fatales de la epidemia de SARS en 2003. El sábado (15), las autoridades francesas anunciaron la muerte de una turista china de 80 años en el país. El caso representa la primera muerte confirmada por infección con el nuevo coronavirus fuera de Asia. El domingo (16), fue el turno de Taiwán de informar la primera muerte relacionada con COVID-19 en la isla.
La Belt and Road Initiative (Iniciativa de la franja y de la ruta, en castellano) no sólo ha aumentado el flujo de productos e inversiones entre los países miembros, sino también el tráfico de novias desde Vietnam, Myanmar, Pakistán y Laos y otros países, con China como destino. Las víctimas, en general, viven en extrema pobreza en sus países de origen y son negociadas por sus familias y agentes, quienes las venden a hombres chinos. Estas mujeres sufren constante violencia física, mental y sexual y muchas no sobreviven. Solo en diciembre de 2019, 629 niñas y mujeres paquistaníes fueron traficadas a China. Descubre más aquí.
Estimulada por la creciente demanda mundial de soja y carne de res, la agricultura brasileña se mueve sin piedad sobre la Amazonía — el bosque tropical más grande del planeta y un símbolo internacional de la biodiversidad. ¿El mayor cliente de la industria? China. Por un lado, la historia de la destrucción de los bosques en Brasil surge de insuficientes mecanismos para proteger el medio ambiente en el país. Por otro lado, la emergencia del gigante asiático y la estrategia de seguridad alimentaria resultante tienen notables y directas implicaciones para el fenómeno, que representa uno de los mayores desafíos para los esfuerzos mundiales para combatir el calentamiento global.
Al mismo tiempo, China participa una vez más de otra situación controvertida en Brasil. Esta vez, en el estado de Maranhão, en el norte del país. Ahí, la China Communications Construction Company, junto a una empresa brasileña (la Terminal de Uso Privado Porto São Luís), fue responsable de desalojar a algunas familias de comunidades tradicionales de sus hogares. ¿El motivo? La construcción de un puerto privado para recibir y enviar productos desde y hacia la región. No es la primera vez que vemos a China en situaciones controvertidas como esta y, lamentablemente, es probable que no sea la última. Como el caso anterior, parte del problema se debe a mecanismos jurídicos frágiles; pero la actuación china en la región ha llevado a otras situaciones similares. Mira los detalles en el informe en portugués de The Intercept.
Según mencionamos en ediciones pasadas de la Shūmiàn, la epidemia del COVID-19 hizo que resurgiera en el país la discusión sobre el consumo de animales salvajes. Además de los aspectos culturales y económicos de la práctica, hay una cuestión legal: la legislación china es imprecisa en cuanto a la definición de “animal salvaje” — puede ser cualquier animal que no sea una ave domesticada o ganado, aunque el animal en cuestión ya haya sido consumido por décadas y tenga una industria consolidada por detrás. El consumo de animales salvajes implica transacciones multimillonarias alrededor del mundo y representa una parte significativa de la ganancia de muchos agricultores. ¿Cómo llegar a un punto de equilibrio entre la salud pública y los intereses de ese sector?
Dos de las plataformas online de alquiler de inmuebles de China fueron acusadas de prácticas abusivas en medio a la epidemia del COVID-19. Lo que sucede es que Danke y Ziroom — dos gigantes del mercado inmobiliario chino — empezaron a aumentar los alquileres de las casas de personas que están bajo cuarentena y a suspender los pagos a los propietarios de departamentos, aunque las empresas hayan estado recibiendo la renta normalmente de los inquilinos. Se estima que por lo menos 70.000 propietarios han sido afectados en ciudades como Pekín, Shanghai y Chengdu.
Después de un sinnúmero de amenazas de boicot, las dos plataformas se disculparon públicamente y se comprometieron a crear políticas especiales para las personas más afectadas por la epidemia, con hincapié en Wuhan.
En medio a la creciente xenofobia interna respecto a Wuhan, muchos ciudadanos — dentro y fuera de la cuarentena — decidieron empezar a contar historias de su ciudad. El objetivo es valorizar la historia de Wuhan y su población, con el objetivo de promover una imagen más allá de lo que toca el virus. Un buen ejemplo es el podcast NüVoices de esta semana, que entrevistó a Rui Zhong, originaria de Wuhan y empleada del Wilson Center, en Washington, para hablar de su ciudad natal y de la creciente xenofobia.
Además de la xenofobia, la situación en Wuhan también puso en relieve cuestiones relacionadas al género. Las mujeres están en la línea de frente de combate al virus — son 90% del cuerpo de enfermeros y también mayoría en los equipos que no son de Hubei. Sin embargo, aparentemente los hombres de los equipos de logística no tuvieron en cuenta o incluso negaron la urgencia del acceso a artículos sanitarios para la menstruación, especialmente de una manera adecuada con respectoa la utilización de las ropas de protección. Un grupo de 47 personas, con el apoyo de empresas de toallitas y a través de una campaña de financiamiento colectivo, logró enviar alrededor de 170 mil artículos sanitarios a Hubei, a pesar de la dificultad en entregarlos.
Peste en Manchuria: entre 1910 y 1911, la peste bubónica atacó a la región de Manchuria, en el noreste de China. Fue la primera crisis de salud pública de la China moderna y mató a 60 mil personas. Puede ser un buen momento para revisitar esa historia y los aprendizajes que se pueden sacar de ella — algunos son utilizados hasta hoy.
Aceptar la dor: ¿cómo crecer y madurar en una sociedad que tiene fobia a sentimientos negativos? Pei-Hsin Cho ve el sufrimiento como un factor que puede llevar a la reflexión y a la cura, y muestra eso a través de melancólicas animaciones.
Entrevista: la especialista en relaciones internacionales y salud pública Deisy Ventura charló con el sitio brasileño Nexo Jornal sobre el COVID-19, incluso sobre cómo la crisis se relaciona con la mundialización y la ascensión de China.