Newsletter 067 (ES)
El sábado pasado, el gobierno central chino reveló su nueva y controvertida ley de seguridad nacional para Hong Kong. La ley, que según críticos y opositores amenaza las libertades civiles y extiende el control directo de Beijing sobre la ciudad, requeriría, por ejemplo, que los altos funcionarios de Hong Kong elijan qué jueces trabajarían en los casos de seguridad nacional — un cambio con implicaciones sobre la independencia del poder judicial de la ciudad. Entre otras disposiciones, también llama la atención que China continental ahora guiaría y supervisaría la vigilancia de la seguridad nacional en Hong Kong, además de recopilar y analizar la información recabada en la ciudad sobre este tema.
Hablando de seguridad nacional, los dos ciudadanos canadienses que están en la cárcel desde diciembre de 2018 han sido acusados formalmente por el gobierno chino. Michael Kovrig (ex diplomático que sirvió en Crisis Group) y Michael Spavor (empresario) estaban bajo custodia de Beijing, y recién ahora han sido acusados formalmente de espionaje. Los arrestos de los dos estuvieron fuertemente relacionados — por el timing y ciudadanía — con el arresto de Meng Wanzhou, un ejecutivo de Huawei detenido en Canadá dos semanas antes, a principios de diciembre de 2018.
El networking es importante en todas partes — incluso en el Partido Comunista de China (PCCh). Un artículo reciente, publicado por investigadores de la Universidad de Cambridge, refuta la convicción de que la burocracia meritocrática del PCCh solo tiene en cuenta la eficiencia y los resultados económicos para promover a un miembro. En el artículo, se argumenta que el factor más importante para llegar a la élite del Partido son las relaciones personales que se han desarrollado a lo largo del tiempo — ya sea miembros que estudiaron en la misma universidad, que participaron en el mismo sindicato de estudiantes o que trabajaron juntos en alguna sus carreras políticas. Un miembro que ha desempeñado un papel relevante en el desarrollo económico de una provincia también se destaca por la burocracia, pero el trabajo duro solo es un diferenciador importante en los niveles más bajos de la jerarquía.
Según los investigadores, la creencia en la racionalidad total de una burocracia meritocrática como el PCCh parte de la concepción errónea de que la organización es homogénea y está motivada por la maximización de los resultados. No es así: en el régimen chino, la supervivencia política es el diferencial — y es por eso que la aparición de diferentes facciones dentro del PCCh no es sorprendente.
Las compras externas de valores chinos aumentaron más del doble en mayo, lo que indica el alto atractivo de la economía del país en tiempos de crisis global. Además, los bancos de China anunciaron un aumento de más del 60% en el comercio internacional de divisas durante el mismo período — un número que atestigua la creciente voluntad de las personas y las empresas de cambiar dólares estadounidenses por yuanes chinos. Para los analistas, ambas tendencias son el resultado de la relajación monetaria global liderada por el FED, en los EE. UU., y la búsqueda de inversores para obtener ganancias en un mundo que responde a la pandemia de coronavirus con tasas de interés ultrabajas o incluso negativas.
A nivel internacional, se destacó el conflicto fronterizo en el valle de Galwan entre China e India. Para una historia de disputas fronterizas en formato podcast, escucha a Ankit Panda y M. Taylor Fravel hablando a principios de junio para The Diplomat. Además, hicimos una recopilación de lo que hemos contado en otras ediciones: puedes ir a nuestro Twitter para ver más. El enfrentamiento de esta semana tuvo lugar entre el 15 y el 16, cuando los soldados de ambos lados (China dice que eran tropas indias e India dice que eran tropas chinas) cruzaron la línea fronteriza. Sin el uso de armas de fuego, solo con golpes y cuchillas, 20 soldados indios murieron y 76 resultaron heridos, según el gobierno indio.
Mientras tanto, el gobierno chino no ha publicado un número oficial de muertos, pero los informes de inteligencia de Nueva Delhi indican que pueden haber sido unos 50. Los detalles son raros y confusos, con informes de que muchas de las muertes se debieron a una caída en acantilado donde comenzó la disputa entre unos 900 soldados o debido a la hipotermia, debido a las bajas temperaturas en la región. Funcionarios de ambos países manifestaron interés en resolver el problema de manera diplomática y pacífica.
Esta semana, tuvo lugar la Cumbre Extraordinaria China-África en solidaridad contra COVID-19. En el discurso de apertura, Xi Jinping destacó las relaciones diplomáticas de larga data entre Beijing y varios países africanos, y reforzó la disposición de los chinos a proporcionar ayuda humanitaria al continente para combatir la pandemia. Dos elementos llamaron la atención en el discurso de Xi: el primero se refiere a la aceleración de la construcción de hospitales por parte de varios países como parte de una importante iniciativa de salud, que profundiza la presencia de empresas chinas en el continente y las inversiones a través del Eximbank chino; el segundo elemento es el aplazamiento o suspensión de la recaudación de pagos de préstamos de varios países africanos por parte de China.
Sobre este último punto, Debora Brautigam, Yufan Huang y Kevin Acker llevan a cabo un análisis que explora los procesos de alivio de la deuda con “características chinas”. Vale la pena hacer un cafecito y leer el artículo aquí.
David Whineray, de la Universidad de las Naciones Unidas (UNU), publicó un informe sobre el papel de Estados Unidos y China en el sistema de las Naciones Unidas — entre ellos o de forma aislada. El documento proporciona una historia de la política exterior de los dos países dentro de la organización y las perspectivas para 2025. No es novedad que el modelo de multilateralismo, conformado por el sistema de las Naciones Unidas, el Banco Mundial y el FMI, que surgió después de la Segunda Guerra Mundial, fue moldeado en gran medida por EE. UU. El ascenso de China en el escenario internacional también ha visto aumentar su presencia (y sus donaciones) en estos espacios, siendo China el país con asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU que más contribuye al despliegue de soldados en operaciones de paz y con el mayor número de jefes de órganos (tres). La administración Trump trajo cambios a la política exterior, con una visión nacionalista y menos interesada en participar activamente en estos foros. Por lo tanto, se abrió más espacio para China.
En la última edición comentamos sobre la posible reunión de alto nivel entre el gobierno de China y el de los Estados Unidos. Finalmente sucedió el miércoles (17), pero no parece haber tenido resultados muy concretos y pocos detalles han llegado a los medios — a pesar de que Yang Jiechi, el representante chino, dijo que su conversación con Mike Pompeo, Secretario de Estado de los EE. UU., fue constructiva. Fue la primera reunión diplomática personal entre los dos países desde el comienzo de la pandemia. Según algunos expertos entrevistados para Politico China Watcher, los temas habrían incluido a Hong Kong y visas de periodistas, aunque el objetivo principal de la reunión pudo haber sido demostrar un deseo mutuo de reducir las tensiones entre Washington y Beijing — incluso si continúan aumentando en la práctica.
La reunión tuvo lugar en medio del controvertido lanzamiento del libro por John Bolton, ex asesor de seguridad nacional de Estados Unidos. En el libro, Bolton acusa a Trump de una serie de hechos, incluida la solicitud de ayuda de Xi Jinping para su reelección durante la reunión del G20 de 2019, a través de un fuerte apoyo chino en la compra de soja y trigo de EE. UU., para asegurar el apoyo de los agricultores estadounidenses en la campaña. Otro punto que ganó importancia fue que Trump habría aprobado la decisión del gobierno chino de crear los llamados “campos de reeducación” en la región de Xinjiang, para encarcelar a los miembros de la minoría uigur. Beijing aún dice que los campamentos no son cárceles, a pesar de los frecuentes informes de personas desaparecidas.
Hablando de Xinjiang, Trump firmó esta semana una ley que impone sanciones contra los funcionarios chinos que participan en los campamentos y en actos de represión contra la población uigur, conocida como la Uighur Human Rights Act (Ley de Derechos Humanos Uigur). Beijing respondió con palabras fuertes y prometió represalias a los Estados Unidos por involucrarse en asuntos domésticos chinos. Sin embargo, Trump terminó por revocar su decisión. El investigador brasileño Victor Vieira, que estudia el tema, publicó un texto sobre esto con más detalle en nuestro sitio web.
El más reciente brote del COVID-19 en Beijing está oficialmente bajo control. En pocas horas, el mercado fue cerrado y la capital empezó a hacer pruebas a casi 400.000 personas al día, desde el día 11 de junio. Estar bajo control no significa, sin embargo, que no hay más casos en la ciudad, sino que los especialistas en epidemiología lograron aislar un gran número de comunidades residenciales (小区), y que es posible saber, a través de los códigos QR digitales, la extensión de probables nuevas infecciones. Hasta ahora, Beijing registró 236 casos de COVID-19 desde el inicio de las infecciones en Xinfadi.
La manera en que el nuevo brote ha sido controlado demuestra una evolución en la acción de las autoridades locales y una forma alternativa de lidiar con los nuevos casos. En contra del miedo de muchos países, Beijing no se volvió una “segunda Wuhan”, o sea, no se efectuó el cierre completo de la ciudad ni de todas las comunidades residenciales en un distrito. La intervención fue mucho más quirúrgica: sólo se cerraron algunas comunidades y calles, y no distritos enteros. Para que tengas una idea, Beijing tiene 16 distritos cuya demografía oscila entre 317.000 personas a casi 4 millones. Una comunidad residencial en Beijing tiene, en promedio, 2.000 personas.
Recientemente, la sociedad china se ha vuelto más tolerante a la comunidad LGTBQ. No toda la comunidad, sin embargo, percibe esos avances. El caso de personas transexuales es particularmente preocupante. Una encuesta de 2017 muestra que, en ese entonces, la tasa de desempleo entre transexuales chinos era 3 veces más alta en comparación a no-transexuales. Además, casi la mitad de esas personas decían esconder su identidad de género en el ambiente de trabajo debido al miedo a consecuencias negativas. Teniendo en cuenta que falta legislación sobre la cuestión transgénero, personas transexuales ahora acuden a la justicia para luchar por sus derechos. A pesar de que las victorias judiciales son difíciles, casos que llamen la atención de la población pueden impulsar nuevos esfuerzos para acabar con las discriminación en contra de ese grupo.
El movimiento Black Lives Matter (o 黑人命也是命, cómo fue nombrado en mandarín) no ha recibido casi ningún apoyo de las estrellas del hip-hop chino. Las pocas manifestaciones sobre el tema fueron sutiles o incluso controvertidas. El rapero Sun Bayi, por ejemplo, declaró que es difícil tener empatía con el movimiento anti-racista porque él nunca vivió en los EE.UU. “Qué podría decir yo sobre eso?”, concluyó. El silencio, que contrasta con el apoyo recibido por el movimiento de parte de artistas de otras partes del mundo, pone en relieve el hecho de que el éxito comercial del hip-hop en China sucede en larga medida con la separación del género musical de sus raíces negras, por razones políticas y culturales — fenómeno que, obviamente, es bastante criticado dentro y fuera de la comunidad musical internacional.
El hit del verano: es definitivamente Mojito, del ícono del mandopop Jay Chou, con video grabado en Cuba. La música explotó en las plataformas de música e incluso produjo un aumento en el consumo del trago de mismo nombre en el país.Podcast: el episodio del ChinaTalk con Antony Dapiran (autor del recién publicado City on Fire: the fight for Hong Kong) trata de las protestas en Hong Kong durante el 2019.
Uníos, 同志们: no te pierdas el artículo escrito por el brasileño Tomás Pinheiro sobre el trabajo de Musk Ming, un artista chino que busca resignificar la masculinidad a partir de un estilo homoerótico.
El movimiento negro y China: hubo un tiempo en que la China comunista se acercó a liderazgos negros en África al poner, como análogas, las experiencas chinas y africanas, según la autora Vera Fennel, del Reading Black Through Red, que será publicado en breve. El libro utiliza carteles de propaganda, como el que ves abajo, para construir su argumento. Vale la pena también leer este texto con muchos tips sobre cómo estudiar la historia de la China moderna a partir de los ojos de afroamericanos.