Newsletter 078 (ES)
Una serie de protestas en Mongolia Interior ha preocupado a Beijing. La movilización popular en la región autónoma, ubicada en el norte de China, se desencadenó tras que el gobierno central anunciara la obligatoriedad del uso del mandarín como idioma de enseñanza de tres disciplinas que anteriormente eran dadas en mongol en las escuelas públicas de la región. Como parte de una política más amplia de expansión del uso del mandarín en la región, la disposición también incluye la disminución gradual de la enseñanza de historia, literatura e idioma locales, cediendo cada vez más espacio al estudio de la historia nacional de la República Popular de China. En protesta, miles de familias no mandaron a sus hijos e hijas a la escuela, e incluso en algunas regiones los niños ni siquiera fueron matriculados.
La reacción del gobierno central fue inmediata: se censuraron publicaciones en Weibo, WeChat y se bloquearon teléfonos de padres y maestros, e incluso se distribuyó una lista pública de personas buscadas por la policía, prometiendo recompensa a los denunciantes. A su vez, a las personas étnicamente mongoles que trabajan en instituciones públicas les fue dado un ultimátum: podrían sufrir acciones disciplinarias o incluso ser despedidas si sus hijos no estuvieran de vuelta en la escuela desde el inicio de septiembre. Según Beijing, las protestas son resultado de la influencia extranjera que intenta provocar movimientos separatistas en la región. La política del gobierno central se asemeja en mucho a la que aplicó anteriormente en el Tíbet y en Xinjiang, otras regiones autónomas. ¿Quieres saber más sobre el tema? Aquí encuentras los principales puntos de la discusión.
En un discurso hecho durante la Conferencia Global de Comercio de Servicios, en ocasión de la edición de 2020 de la Feria Internacional de Comercio de Servicios de China, Xi Jinping declaró apoyar a la ciudad de Beijing en la creación de una zona experimental de libre comercio internacional para el sector de servicios y economía digital y, también, en la promoción de innovaciones científicas y tecnológicas. “China dará seguimiento a su proceso de apertura y establecerá un sistema robusto de lista negativa de comercio de servicios transfronterizos”, afirmó Xi. Listas negativas, que ya existen en otros sectores de la economía del gigante asiático, sirven para determinar cuáles áreas están o no abiertas a inversiones extranjeras en el país. En el caso de los servicios, una lista propia deberá ser elaborada para fines de este año, según el Ministerio del Comercio chino.
El presidente argentino Alberto Fernández fue el único mandatario latinoamericano a participar del evento, transmitiendo un mensaje grabado virtualmente en que refuerza las intenciones de cooperación del gobierno argentino con Beijing (que ya mencionamos en ediciones recientes).
Hace casi 20 años, en 2001, China entraba en la Organización Mundial del Comercio, la OMC. Es innegable que el país se volvió un gigante económico a escala global, pero la distribución de los beneficios comerciales no necesariamente se traducen de manera equilibrada internamente. Un análisis publicado por Macropolo resalta algunas de las diferencias más evidentes. Las provincias costeras, especialmente Zhejiang, cuya capital es Hangzhou (que tiene una economía fuertemente basada en sectores de alta tecnología), y Jiangsu, cuya capital es Nanjing, ganaron en términos de comercio. Las “perdedoras”, que se han estado desindustrializando desde la apertura, fueron las provincias del noreste, Heilongjiang, Liaoning y Jilin, que constituyen lo que es conocido como el cinturón de óxido de China, en analogía al rust belt estadounidense (región del noreste donde se concentraba la industria del país en la primera mitad del siglo XX). La costa y las regiones de economía más agrícola tuvieron crecimientos más altos en sus PIBs, mientras la región central vivió la urbanización más acelerada.
El último viernes (04), los ministros de Defensa de China e India se reunieron en Moscú (Rusia) para dialogar sobre las crecientes tensiones fronterizas entre ambos países. El encuentro fue el primero en ser realizado desde que se iniciaron, en mayo, los nuevos choques en la región de Ladakh, en los Himalayas. Aunque no estén disponibles las transcripciones de la reunión, el representante indio, Rajnath Singh, declaró públicamente que “la paz y la seguridad en la región demandan un clima de confianza, no agresión, resolución pacífica de diferencias y respeto a las reglas internacionales”. Desde el lado chino, Wei Fenghe afirmó oficialmente que aprovechó la ocasión para reforzar la noción de que las dos naciones deben “enfriar” la situación y “mantener la paz y tranquilidad”, aunque ha añadido que la responsabilidad por las recientes tensiones es enteramente de India y que “ningún centímetro del territorio chino será perdido”.
Pese a los intentos de reconciliación, las tensiones entre los dos países siguen aumentando. En la última semana, el gobierno indio ordenó el bloqueo de más 118 aplicaciones móviles chinas en el país. Otra vez citando preocupaciones de seguridad nacional, la decisión alcanza a gigantes como Alipay, la app de pagos de la Alibaba, además del motor de búsqueda de Baidu y de juegos populares de Tencent. En respuesta, los medios estatales chinos criticaron la decisión, clasificándola como una “espada de doble filo” que busca incitar sentimientos nacionalistas y desacoplar económicamente a la India de China.
Finalmente, una dimensión del deterioro de las relaciones entre Beijing y Nueva Delhi ampliamente ignorada en las discusiones sobre el asunto es el impacto sobre pacientes chinos con cáncer. Para cientos de miles de personas que sufren la enfermedad en China, la única opción financieramente viable de tratamiento es justamente la importación de medicamentos genéricos indios. Al margen de que la pandemia de COVID-19 ya dificulta el acceso a esos medicamentos, la tensión política entre ambos países tornó la situación aún más delicada, como lo cuenta Sixth Tone.
¿Qué tiene que ver el género con la construcción de hidroeléctricas chinas en el delta del Río Mekong? Para la doctora Pichamon Yeophantong, todo. Aunque las mujeres están más familiarizadas con los cambios y el funcionamiento de los ríos en la región (son ellas quienes recolectan desechos, alimentos y recursos naturales a la orilla de los ríos para alimentación y como fuente de ingreso familiar), Yeophantong considera que las hidroeléctricas chinas no prestan suficiente atención a las cuestiones de género, visto que la mayor parte de los trabajadores son hombres y que, por tener más poder más poder dentro de las comunidades, son también más escuchados.
Salió el Reporte Anual del Departamento de Defensa para el Congreso de los EE.UU sobre el poder militar chino. Publicado anualmente desde el 2000, el de este año es especialmente detallado: son 200 páginas. Algunos aspectos destacados incluyen que China tiene menos ojivas nucleares que el estimado (poco más de 200), un aumento considerable en el número de misiles balísticos de alcance intermedio (de 80 a 200) y una comparación de las capacidades en las que China ya alcanzó paridad con los EE.UU. Otro punto importante fue que la Marina china es oficialmente la más grande del mundo (350 embarcaciones), aunque se argumenta que sus navíos son menos sofisticados que los estadounidenses (que tiene 293). Aunque China todavía está muy detrás del primer lugar en gastos de defensa (200 mil millones de dólares — ⅓ de los gastos de los EE.UU), los gastos chinos se duplicaron en los últimos 10 años. El reporte también destaca las tensiones con Taiwán y las disputas en el Mar del Sur de China, diciendo que Beijing prefiere acciones coercitivas, pero calculadas, para evitar conflictos de hecho, especialmente con la Marina estadounidense.
Hablando de barcos, la presencia de navíos de pesca chinos cerca de las Islas Galápagos (como hemos contado anteriormente) sigue llamando la atención mundial a Beijing y puede significar una nueva legislación internacional sobre pesca en mares lejanos. En agosto, Beijing prohibió que navíos chinos pescaran calamares en la región por tres meses, y pasos más concretos serán tomados en los próximos meses. El escrutinio se debe también al hecho de que en mayo de 2021 el país será sede de la Conferencia de Biodiversidad de la ONU, en la ciudad de Kunming.
Y ya que hablamos de América Latina: el último viernes (04), los cancilleres de China, Wang Yi, y de Venezuela, Jorge Arreaza, se reunieron en una videollamada para discutir estrategias conjuntas de control de la COVID-19 y reforzar su alianza bilateral. Por Twitter, Wang resaltó que además de controlar a la pandemia, Venezuela también enfrenta el desafío de las injerencias estadounidenses. En la misma red, la cancillería venezolana subrayó el rechazo a las agresiones hegemónicas, la afirmación del multilateralismo y el refuerzo de la alianza estratégica, que ya resultó en más de 500 proyectos conjuntos y en la creación de fondos binacionales.
Otro país de América Latina que también parece estar reforzando relaciones con el gigante asiático es Chile. Aunque el intercambio comercial global chileno ha sufrido una disminución de de sus exportaciones en el período de enero a agosto de 2020, los envíos a China aumentaron 9,8%. Así, el país asiático es el principal comprador de Chile, teniendo participación de 35,7% en el total de exportaciones del país. En términos de importaciones desde China, se ha disminuido 5,3% en comparación a 2019; sin embargo, China sigue también como el principal origen de las importaciones chilenas, con una participación de 26,4% en el total.
No son tiempos fáciles para la comunidad LGBTQIA+ en China. Como si no bastara con la reciente cancelación de la marcha Shanghai Pride, un nuevo episodio jurídico ilustra las dificultades de la lucha por la igualdad en el gigante asiático. En 2017, la editorial Jinan University Press enfrentó un juicio por publicar un libro didáctico que se refiría a la homosexualidad como un “trastorno de la actividad sexual”. Se argumentaba que el libro, utilizado por cientos de miles de estudiantes en clases de educación sexual en el país, podría contribuir a la estigmatización y reforzar la dificultad de aceptación propia entre personas no heterosexuales en China. La semana pasada, sin embargo, el tribunal responsable anunció una decisión favorable a la editorial, alegando que “las editoriales deben regular la calidad de sus libros con base en leyes y reglamentos, pero no son responsables por censurar opiniones académicas y disonancias cognitivas”.
Está disponible en algunos país (pero todavía no en China) la nueva versión de Disney de la leyenda de Mulan. Desde el año pasado la película está envuelta en polémica, como con la campaña #BoycottMulan, que surgió y se viralizó en Twitter después que la actriz principal, Liu Yifei, compartiera en Weibo un video de policías actuando contra las protestas en Hong Kong, acompañándolo con palabras de apoyo. Yifei nació en Wuhan, pero hoy es naturalizada estadounidense. La historia de la guerrera representada por ella viene del poema La Balada de Mulan, que fue publicado en el siglo V o VI y cuya autoría es desconocida. En muchas versiones de la leyenda, Mulan pertenece a una minoría étnica del norte de China. Sin embargo, la película muestra viviendas características de la etnia hakka, que es del sur del país, lo que también generó críticas en su contra.
Ninguno de los responsables del guión es de origen chino, pero los realizadores argumentan que el mensaje emancipatorio para mujeres es universal. Se hicieron algunos cambios para darle un tono más serio a la película y enfocarla más en la audiencia china, en comparación con la animación de Disney de 1998, la cual no tuvo mucho éxito en el país de la heroína. Por ejemplo, la nueva película refuerza más la cuestión de la piedad filial, uno de los valores centrales del Confucianismo. Además, el lanzamiento de la película se da en medio de las cada vez más serias tensiones entre EE.UU. y China, un contexto desafiante para empresas como Disney.
En un número anterior, compartimos aquí el texto sobre la pandemia en China del periodista y escritor Peter Hesseler. Ahora, compartimos una crítica del sinólogo Geremie R. Barmé dirigida a la revista The New Yorker sobre el texto de Hessler, publicada en el sitio China Heritage. Barmé critica a Hessler por escapar de temas políticos relevantes en su descripción de cómo el país enfrentó la pandemia.
Arte: Inspirado por las siete emociones de la medicina tradicional china — tristeza, melancolía, miedo, susto, rabia, alegría, preocupación — Ding Wei crea autorretratos mostrando su búsqueda de identidad como un sino-americano.
Dose dupla: la sección musical de esa semana es muy generosa: sube el volumen para oír al Indie de The Fur y al rock psicodélico de Crocodelia. Taiwán es increíble. Además, escucha nuestra playlist en Spotify.
Fotografía: las lentes del fotoperiodista Chen Ronghui capturan con sensibilidad la sensación de desencanto de jóvenes en regiones marginales al desarrollo chino.
Literatura: un cuento de la renombrada escritora china Can Xue traducido al inglés. Se llama “Our Human Neighbors” y es parte de la recién publicada colección de cuentos I Live in the Slums. En el mismo enlace también se encuentra la versión en mandarín.
Netflix: encabezada por los creadores de la serie Game of Thrones, se lanzará una serie basada en la trilogía de ciencia ficción de Cixin Liu. Es un buen momento para recordar este artículo académico que ya hemos sugerido sobre interpretaciones de política internacional en la obra, además de esa entrevista del último año.