Newsletter 092 (ES)
Puede que hayas escuchado de informática cuántica. Es una tecnología de procesamiento de datos tan absurdamente avanzada que promete revolucionar no solo la informática, sino la existencia de la humanidad. El concepto de “supremacía cuántica” se refiere a la capacidad de un ordenador cuántico de realizar operaciones que ni una supercomputadora es capaz. En la última semana, un equipo de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China, liderado por el célebre científico Pan Jianwei, desarrolló el Jiuzhang, que resolvió en 200 segundos un problema matemático que la mejor supercomputadora del mundo tardaría 600 millones de años en resolver.
En 2019, Google afirmó que logró alcanzar la supremacía cuántica con el Sycamore. Los investigadores chinos afirman que su tecnología, desarrollada sobre la base de la luz, es más rápida. Pero la cuestión es más que tecnológica, como siempre. Es otra área vista como espacio para disputa entre los EE.UU y China, pues puede moldear nuevos caminos en biotecnología, finanzas e incluso armamentos. China ha hecho inversiones a gran escala en el área de investigación cuántica, con la creación de un laboratorio por 10 mil millones de dólares.
Que el concepto de Seguridad Nacional es ampliamente utilizado por las autoridades chinas ya se sabe. Pero con la pandemia, el argumento de seguridad se volvió más común. Lo que es más claro ahora, visto en una sesión reciente del Politburó, es cómo la garantía del desarrollo económico es vista como la base de la seguridad nacional. O sea: toda forma de amenaza al crecimiento económico representa una coacción a la seguridad nacional, pues, si la economía está en juego, así también lo están la estabilidad social y la calidad de vida – y no hay partido que se sustente sin esos dos elementos. Además, si la “Seguridad Nacional” está a la par del “Desarrollo”, se espera una mayor coordinación entre las fuerzas del gobierno y más capilaridad entre la sociedad civil y los sectores de negocios.
Hablando de ese tema, las autoridades chinas han detenido, en la última semana, a una integrante del equipo local de Bloomberg News en Beijing. Haze Fan, que es de nacionalidad china, fue vista siendo escoltada de su departamento por oficiales poco tiempo después de reunirse con un editor de Bloomberg. El arresto de Haze, que ocurrió justamente bajo alegaciones de riesgos a la seguridad nacional, encendió un debate sobre la precariedad y la vulnerabilidad de ciudadanos chinos trabajando en plataformas internacionales de medios en China. A menudo en las primeras líneas del trabajo realizado por esas organizaciones, no cuentan con el mismo nivel de protección de sus compañeros extranjeros al enfrentarse con problemas frente a las autoridades del país.
Pese a una expansión en noviembre, las ventas totales de automóviles en China a lo largo de 2020 cayeron en comparación con el último año. Las dificultades económicas creadas por la pandemia del coronavirus pueden haber ejercido cierta influencia, pero la tendencia no es nueva: desde el pico registrado en 2017, la industria automovilística del país ha estado vendiendo menos en el mercado chino. Pese a las dificultades del sector, la imagen general de la economía china sigue inspirando confianza: en base a la creciente demanda doméstica y la expectativa en torno a la distribución de la vacuna contra el COVID-19, la agencia Fitch Ratings elevó su previsión para el crecimiento del PIB del país de 7,7% hacia 8% en 2021.
Se destacó esta semana una base de datos recién publicada por la Universidad de Boston sobre inversiones chinas en el exterior, con foco en los dos principales bancos de desarrollo del país, el Exim Bank of China y el Banco de Desarrollo Chino. La base incluye 900 proyectos georeferenciados, cubriendo el periodo que va desde 2008 hasta 2019. Sorprendió la reducción, en los últimos años, de las inversiones de esos dos gigantes bancarios: disminuyeron de 75 mil millones de dólares en 2016 a sólo 4 mil millones el año pasado. Por lo que parece, esa seguirá siendo la tendencia en los próximos años. Puede ser una buena señal para los competidores de China en esa área, tales como los EE.UU., la Unión Europea y Japón.
El país seguramente está reevaluando algunas de sus apuestas de los últimos años, y el escenario apunta a un foco en la economía y consumo domésticos. Pero es probable que los recientes anuncios de la presunta muerte de la Iniciativa de Franja y la Ruta (BRI, de la sigla en inglés) sean exagerados. En un texto publicado en The Diplomat, dos investigadores argumentan que los bancos no dejaron de invertir, sino que están haciéndolo de una manera distinta. Además, ellos subrayan que los datos de la Universidad de Boston no incluyen algunos acuerdos bilaterales millonarios hechos recientemente con Kazajstán. Según los autores, además, muchos proyectos han sido financiados por bancos comerciales o subsidiarios, priorizando empresas estatales.
La BRI suele recibir muchas críticas por la “diplomacia de la deuda” o, con más fundamento, por los impactos socioambientales de sus proyectos. China se defiende con el argumento de que la responsabilidad es de las leyes ambientales o de las demandas del país que recibe las inversiones, más que de las empresas chinas. Sin embargo, parece que esa postura puede en breve cambiar: según afirma Ma Tianjie en un texto publicado en Diálogo Chino, asesores internacionales realizaron una serie de recomendaciones al gobierno chino para un nuevo sistema de control ambiental más rígido en operaciones en el exterior.
Inspirado en estándares internacionales definidos por la Corporación Financiera Internacional (IFC), el Banco Mundial y otros, el sistema califica los proyectos en tres niveles de sustentabilidad, con el objetivo de incentivar el financiamiento a proyectos más verdes (ej.. de energía eólica y solar) y presionar a que iniciativas de gran impacto (como la construcción de hidrelétricas y ferrocarriles) tengan planes de mitigación adecuados. En caso de ser adoptado, podría hacer que los megaproyectos de la BRI fueran más sustentables y, por lo tanto, aumentar el soft power chino en el mundo. En nuestra edición pasada, hablamos de algunos aspectos de la BRI “verde”.
El presidente electo estadounidense Joe Biden acaba de seleccionar a la abogada Katherine Tai para liderar el equipo de negociaciones comerciales de su gobierno. Si es aprobada por el Senado, Tai – que tiene ascendencia asiática y habla mandarín con fluidez – será la primera mujer en ocupar esa posición, y tiene una larga historia de críticas al gobierno chino. A pesar de la expectativa de que ella adopte una postura favorable al multilateralismo en las negociaciones con Beijing, el abordaje estadounidense probablemente siga siendo duro. Aun entre analistas que antes eran optimistas, la impresión actual es que la diplomacia estadounidense, con Biden, cambiará bastante con respecto a sus aliados próximos, pero no tanto en relación a China.
Varios países latinoamericanos ya se están organizando para comprar una o más de las vacunas desarrolladas contra COVID-19 por las empresas chinas Sinovac y CanSino. En el subcontinente, la primera va a ser producida por el Instituto Butantan, en Brasil. Además, Chile ya ha adquirido dosis de la vacuna de origen chino. La semana pasada, el Ministro de Relaciones Exteriores de México anunció por Twitter que su país concluyó un acuerdo para comprar 35 millones de dosis de la vacuna CanSino. Colombia tiene acuerdos iniciales con las dos empresas chinas, pero todavía no concluyó ninguna compra y se espera que la vacunación de su población empiece sólo en el segundo semestre de 2021. Finalmente, el Instituto Nacional de Salud de Perú suspendió temporalmente los ensayos clínicos de la vacuna china Sinopharm ante un “evento adverso”. Previamente, el Gobierno peruano pretendía adquirir 20 millones de dosis.
Creció, en los últimos años, el involucramiento de empresarios chinos con carteles de drogas en México y en Colombia, auxiliando a los narcotraficantes con lavado de dinero en China a través de EE.UU. El sofisticado esquema involucra la combinación de aplicaciones de transferencia de dinero y pequeñas empresas, sin que el dinero pase, de hecho, por instituciones bancarias estadounidenses o mexicanas, según un reportaje especial de Reuters. Los criminales no actúan solamente en América Latina, sino también en Europa. Tal situación podría ser una oportunidad para la cooperación entre autoridades chinas y estadounidenses, que por ahora casi no existe.
Human Rights Watch publicó un nuevo reporte sobre la situación en Xinjiang. Según la organización de derechos humanos, el gobierno chino posee un programa de análisis de datos para la vigilancia de la minoría musulmana, los uigures. La “lista Aksu” incluye nombres y delitos, ilustrando comportamientos aceptables o no en la región. Los comportamientos que llevaron a la detención incluyen: lectura del Corán sin permiso; uso de burka o barba larga; viajes a países considerados sensibles, como Turquía o Afganistán; parentesco con personas afiliadas a grupos clasificados como terroristas; e incluso cosas más vagas, como “nacimiento luego de 1980” o “no confiabilidad”. Muchas de las decisiones de detención para envío a los “campos de reeducación” parecen ser elecciones de individuos, no de burocracias formalizadas.
Además, fue publicada la tercera parte de una investigación de Buzzfeed News sobre la región, enfocada en el complejo de detención de Mongolküre, cerca de Kazajistán. Poco se sabe sobre esos espacios, y el artículo intenta aclarar la cuestión con bastante detalle. La investigación incluye declaraciones de tres ex detenidos, hablando no sólo del trato recibido, sino también del crecimiento del complejo – que pasó a tener espacio para cerca de 3700 personas. El consulado chino en Nueva York, al ser consultado al respecto, afirmó que la cuestión es interna y concierne a temas de terrorismo y separatismo.
Y la discusión sobre el trato de la minoría uigur en el país también llegó a Huawei. A través de un documento firmado por empleados de la compañía y expuesto por la organización de investigación IPVM, se ha descubierto que la gigante china de las telecomunicaciones testeó, justo a la startup Megvii, un software de reconocimiento facial capaz de enviar alarmas automatizadas a las autoridades cuando se identifican uigures. Ambas compañías reconocen la veracidad del documento, pero a través de su representante, Huawei afirmó que el episodio fue “simplemente una prueba” y que solo se puso a disposición para productos de uso general. “No ofrecemos algoritmos o aplicaciones personalizadas”, completó.
La nueva frontera del e-commerce ya llama a la puerta: es la compra en grupos, o 社区团购 shèqū tuángòu. Pese a que algunas plataformas ya implementaron la estrategia hace algunos años (com es el caso de Pinduoduo), la compra en grupo realizada por consumidores llamó la atención de otros gigantes del sector, como Alibaba, JD, DiDi, ByteDance y Meituan Dianping. Ciertamente la pandemia aceleró ese proceso: en el auge del lockdown en China – durante la cual se vivía confinado en los 小区 xiǎoqū – vecinos comenzaron a organizar grupos en WeChat para compras en grupo, con el fín de evitar salir de casa y para lograr precios más accesibles. El mercado enfocado en compras grupales ya llegó a los mil millones de dólares. ¿Quieres saber más sobre ese fenómeno? Entonces no dejes de leer la excelente explicación de Lillian Li. Será que la práctica se difundirá por América Latina?
Como es ser negro en China? En un país cuya población es 90% Han y la homogeneidad racial es dada por hecho, las personas negras enfrentan grandes desafíos en las ciudades chinas. Desde casos de racismo en el mercado de trabajo hasta microagresiones diarias, el racismo Made in China se expresa de manera distinta, aunque ciertamente existe. Conoce las vivencias de tres hombres negros (dos de Nigeria y uno de los EE.UU) en el país que se volvió un segundo hogar para ellos, pese a todas las dificultades. Algunos crecieron en China, y otros se mudaron por trabajo o estudios – como es el caso del MC Tingbudong, que fue para investigar la escena del hip hop chino.
Mujeres del año: y Shūmiàn ya entró en la onda de retrospectiva de 2020. Conoce a 9 mujeres chinas que dejaron su huella en este caótico año, tales como la bioquímica y general mayor Chen Wei, principal investigadora en el desarrollo de la vacuna china; la luchadora de MMA, Zhang Weili; la epidemióloga Li Lanjuan; y muchas otras.
Música: nuestra recomendación musical de la semana es pop. ¡Sube el volumen y escucha a 孫盛希 Shi Shi!
Más música, ahora feminista: la famosa cantante Tan Weiwei 谭维维 lanzó un disco, 3811, dedicado a 11 mujeres y también al Día Internacional de la Mujer (y a su edad). La música Xiao Juan es una fuerte condena a la violencia doméstica y al asesinato de mujeres. En vivo, la música es aún más impactante. El disco está disponible en YouTube.
Her: conoce a la asistente virtual que está redefiniendo el concepto de romance y de relacionamientos en China, como en la peli de 2013.
Fotografía: ¿conoces a Wang Qingsong? Uno de los fotógrafos y artistas contemporáneos más renombrados de China, trabaja con imágenes en grandes proporciones que retratan la transición del país de la Era Mao al capitalismo global, como en la foto de abajo.